martes, 4 de febrero de 2020

De cara al porvenir: descachadas


Pedro Juan González Carvajal*

Pedro Juan González
En tiempos recientes, diferentes personajes, en distintas dimensiones políticas y en distintos escenarios geográficos, han tomado decisiones que pueden ser observadas y evaluadas como verdaderas descachadas.

Uno puede a ratos, partir de la buena fe o de la inexperiencia, pero en otras, definitivamente es la incompetencia o la soberbia quienes respaldan esa toma de decisiones.

A nivel local, nuestro nuevo alcalde nombra como secretario de Educación a un ilustre personaje que lamentablemente para la ciudad, tenía algunos inconvenientes de índole administrativo para posesionarse y poder ocupar por varios años el cargo: ¿Inexperiencia, mala asesoría, apresuramiento?

En el orden nacional, como decía el coloso del humorismo Hebert Castro, al señor presidente “se le dijo, se le advirtió, se le recomendó” por voces autorizadas en lo nacional y en lo internacional que pensara y evaluara muy bien el nombramiento del señor general Nicacio Martínez como comandante del Ejército, y sucedió lo que sucedió. ¿Soberbia? ¿Intransigencia? ¿Indolencia?

A nivel planetario el presidente norteamericano da la orden de matar a un general iraní, asunto del cual no poseo la suficiente información para evaluar y menos para juzgar. Lo que sí está claro es que el código de honor militar, más por tradición histórica que porque esté escrito en alguna parte, evita proceder contra los altos oficiales del enemigo, dándoles un tratamiento especial. ¿Será qué en una época de cambios, esto también cambió?

Para terminar de rematar, el Gobierno iraní, sin querer queriendo, derriba un avión comercial repleto de pasajeros ucranianos porque lo confundió con un misil. Ahora sí me preocupa y mucho, la carrera armamentista nuclear de los iraníes.

El manejo colombiano del caso del negocio alrededor de la Plataforma UBER, es, por decir lo mínimo, contradictorio. Un Gobierno al que le ha costado explicar en qué consiste su propuesta de impulsar la denominada Economía Naranja y que se quiere mostrar como el gran líder de la Cuarta Revolución Industrial en el ámbito local, da palos de ciego y muestra su incompetencia o su falta de voluntad para asimilar, entender y adecuar la estructura jurídica necesaria para permitir que el viento del futuro entre a refrescar a nuestras paquidérmicas organizaciones. Bien merecidos algunos de los memes que han circulado al respecto: “Gobierno nacional da la razón a gremio carretillero y prohíbe la circulación de camiones en el territorio nacional”. “Gobierno da la razón a fabricantes de hielo seco y prohíbe la venta de neveras en el territorio nacional”. “Gobierno da la razón a la asociación de taquígrafos y prohíbe uso del computador en el territorio nacional”. “Video Variedades pide que NETFLIX salga de Colombia por competencia desleal”. “Gobierno prohíbe el Internet para proteger el fax”. “Gobierno prohíbe el E-mail para proteger a los carteros”.

Esa es la parte chistosa. Lo que no es gracioso, es que representantes del gobierno asocien el interés de los taxistas, enemigos naturales de UBER, con el interés general, lo cual es falso. No señor: una cosa es un subsector de la economía, por importante que sea, con sus propios objetivos e intereses y otra somos todos los ciudadanos a quienes en una democracia que postula el libre mercado, se nos debe facilitar y garantizar el libre ejercicio de participar en el juego de la oferta y la demanda.

Consideración aparte merece la situación de emergencia que está viviendo el planeta entero ante la ineficiencia, incompetencia, incapacidad y falta de voluntad y compromiso y por qué no de recursos, de los diferentes actores a nivel mundial, para enfrentar los incendios ocurridos en el Amazonas Brasilero y en Australia. La cosa no es jugando. Quedó demostrado que solo, el gobierno de cada país, no es capaz con el tema. Que la institucionalidad internacional se queda petrificada y no hace nada. Que los medios de comunicación divulgan, pero no convocan y que parece ser que la razón va en contravía de la realidad cuando se trata de entender y aceptar la existencia o no del fenómeno del cambio climático.

La catástrofe natural de flora y de fauna desborda cualquier margen de comprensión para su dimensionamiento.

Qué será más catastrófico para el planeta y para los propios humanos: ¿la desaparición de mil millones de animales (cifra que se queda corta pues nadie es capaz de contar insectos y aves, por ejemplo) y todas las implicaciones que esto traerá, o la desaparición de mil millones de humanos? Cuestionamiento inconveniente y políticamente incorrecto, que no deja de tener su atractivo para el análisis y la discusión.

NOTA 1: Como hay decisiones que de todas maneras se tienen y se han de tomar, si se hubiera talado el llamado “túnel verde” en Envigado desde el 2013, ya tendríamos árboles de casi 7 años reemplazando lo talado en su momento y tendríamos en funcionamiento esa etapa de Metroplús.

NOTA 2: Por fin se habla de sacar del mercado los taxis denominados parroquialmente como “zapaticos” por lo inseguros e incómodos. La decisión apropiada era no haberles permitido la circulación desde un primer momento, pero bueno, por eso somos el país del Sagrado Corazón, en pleno ejercicio de nuestro tercermundismo y recientemente declarados como el país más corrupto del mundo.