Por Santiago Cossio*
Los
jóvenes de hoy tienen muchas posibilidades de caer en el consumo de
estupefacientes ante la falta de educación, la falta de tiempo familiar, el
libertinaje de las libertades individuales y amenazas que pueden surgir de las
nuevas formas de narcotráfico.
Drogas sintéticas
relativamente nuevas como la cocaína rosada o 2cb, ketamina krokodil y las codeínas
entre otras, son una amenaza permanente a nuestra sociedad. Se dice que la
cocaína rosada es 10 veces más adictiva que la cocaína normal lo que agravaría
un problema de salud pública y donde al consumidor habitual la esperanza de vida
se recorta a solo 2 o 3 años.
Esto nos
llevaría a pensar que es igual de perjudicial a una guerra química donde además
del delito del narcotráfico también podría ser considerado terrorismo. Un
terrorismo silencioso y latente.
El
krokodil o droga zombie crea un daño físico generando necrosis en varias partes
del cuerpo y donde el adicto queda como un "muerto en vida" con una
destrucción paulatina y sensible de todos sus órganos y capacidades.
Estas
nuevas armas químicas son mucho más potentes y perjudiciales comparadas a las
drogas tradicionales. Algunas personas han logrado salir del infierno de las
drogas tradicionales, pero ante estas nuevas drogas se deberían tomar nuevas
medidas jurídicas y considerarlas bajo el delito de terrorismo donde claramente
se afecta la libertad de la persona, la vida y la integridad física.
Articulo
343 Código Penal Colombiano. Delito de terrorismo. "El que provoque o mantenga en estado de zozobra o terror a la
población o a un sector de ella, mediante actos que pongan en peligro la vida,
la integridad física o la libertad de las personas o las edificaciones o medios
de comunicación, transporte, procesamiento o conducción de fluidos o fuerzas
motrices, valiéndose de medios capaces de causar estragos, incurrirá en
prisión..."
Los
padres de familia deben estar más tiempo con sus hijos y siempre recomendar
evitar los peligros que representa el solo probar una droga de este tipo.
La
recomendación es a abrir el debate urgente, mientras tanto, se vende o regala
estas nuevas drogas a los jóvenes a las salidas de colegios y hay poca
formación e información sobre el tema.
Este es
un terrorismo silencioso que hace un daño social irreparable y debemos estar
alertas.