Por Andrés de Bedout Jaramillo*
Hay que encontrar
la fórmula que evite los paros tan frecuentes a que nos quieren acostumbrar,
con mucha creatividad, como lo están haciendo nuestros gobernantes en el ámbito
municipal y nacional.
Las nuevas
administraciones de Bogotá y Medellín están utilizando estrategias nuevas, a
las que toca darles tiempo para ver resultados.
Yo leo así los
mensajes que están mandando:
Cuando él
secretario de gobierno de Bogotá se coloca en la mitad de la manifestación y
habla con la policía y luego con los manifestantes, está diciéndole a todos que
el diálogo pacífico se puede.
Cuando el alcalde
de Medellín hace presencia inmediata en el hotel donde los vándalos están
haciendo daños, limpia y levanta los símbolos patrios, está diciéndole a todos
que el diálogo pacífico se puede.
Cuando la alcaldesa
de Bogotá, saca una medición comparativa de víctimas y daños, de los últimos
paros, está diciendo que el diálogo pacífico se puede.
Cuando el gobierno
nacional, le dice al comité de paro, que del 100% de lo solicitado, solo queda
un 13% por trabajar, porque lo otro, o no se puede o ya quedó implementado,
está diciendo que el diálogo pacífico se puede.
A esto debemos
sumarle la inconformidad de cerca del 80% de los colombianos que no queremos
seguir perjudicados con los paros, que preferimos trabajar, vivir tranquilos y que
no queremos llegar a extremos ni enfrentamientos físicos con los manifestantes.
Manifestantes que
al igual que los gobernantes de diferentes ideologías, tampoco están de acuerdo
con los violentos, ni con los encapuchados, independientemente de dónde vengan,
todos queremos que sean detenidos, enjuiciados y encarcelados, porque no
queremos seguir padeciendo las torturas a que nos someten, ni los daños a
nuestra infraestructura, ni las consecuencias que están desacelerando nuestra
economía, nuestra generación de empleo.
Cada vez los
manifestantes racionales, responsables, van menos a las manifestaciones, no
quieren seguir siendo utilizados por los revoltosos violentos, encapuchados.
Si todo lo anterior
hace que no tengamos más paros y sí mucho diálogo, las novedosas estrategias
habrán triunfado, de no ser así vendrá lo peor, el enfrentamiento entre
manifestantes e infiltrados, con los que no queremos más paros y sus nefastas e
incómodas consecuencias.
No conozco al
alcalde Quintero Calle, conozco a varios parientes, descendientes de la línea
de don Chicho Calle, conozco a casi todos sus asesores que estuvieron inclusive
en el empalme. Son personas de excelentes calidades humanas y profesionales,
distinguidísimos en los sectores público y privado, con representación en el
gabinete municipal.
Entiendo que hasta
miembros del Centro Democrático tienen representación en el gabinete.
Hay que darle
tiempo al alcalde, a su gabinete y a sus asesores.
Que el Espíritu
Santo los ilumine, para bien de la ciudad y sus habitantes.