miércoles, 11 de diciembre de 2019

Recuperemos la ética


Por Santiago Cossio*
Santiago Cossio
En Colombia se caen las construcciones, no por falta de ingeniería, sino por falta de ética. Y pasa lo mismo en todas las profesiones. La falta de ética y valores tocó fondo y ha perjudicado el desarrollo del país en todos sus aspectos.

De nuestra educación superior salen buenos profesionales, pero personas con una débil formación humanística en ética y valores lo que genera un atraso cultural y por ende el consiguiente atraso económico y social.
La catedra de ética es para muchos estudiantes un relleno en el pensum donde le temen más a un parcial de calculo que al de ética y peor aun cuando algunas universidades ni siquiera le hacen exámenes y se gana solo con asistencia.
Esta cátedra es fundamental para recuperar la disciplina social que tanto le hace falta a nuestro país.  Debe existir un compromiso serio de la educación superior donde exista mayor rigurosidad académica, una evaluación rígida y constante y un mayor número de créditos. Normalmente se dicta en primer semestre y se debería complementar en último semestre. Hay que evolucionar a contenidos de ética práctica, cívica, urbanidad y de buena cultura.
La falta de iniciativa para emprender hace parte de la falta de educación en valores, donde tenemos un Pib jalonado a punta de servicios financieros, una precaria industria nacional, una deprimida bolsa de valores y una balanza comercial deficitaria. Colombia con todas las oportunidades de producción que tenemos, vive sin duda el colmo del desgano productivo. La falta de formación cultural y humanistica que complementen el esquema actual de educación han terminado por afectar el producto y el empleo.
La educación superior forma para el trabajo, pero no para que al estudiante le guste el trabajo.  Los  valores de legalidad, emprendimiento, respeto y responsabilidad deben estar en contenidos educativos prácticos más allá de filosofar entre el bien y el mal.
La educación para la cultura tiene pilares fundamentales como la identidad, el respeto, la responsabilidad y la felicidad. Además se debe incluir la educación en normas cívicas como el código de policía y convivencia ciudadana y todas las normas sociales que conlleven a una disciplina social y al buen vivir de manera individual y colectiva.
El cambio cultural implica un cambio de mentalidad colectiva basada en una educación en valores.

Debemos recuperar la ética en todos los aspectos de la vida diaria.