Por Andrés de
Bedout Jaramillo*
Hoy más que nunca,
necesitamos partidos políticos fuertes e institucionalizados, que sean
verdaderos representantes de los diferentes quereres de los pueblos.
Partidos políticos
que estén verdaderamente conectados con sus representados, que actúen bajo la
inequívoca premisa del interés general sobre el interés particular, que actúen
como instituciones que defiendan valores, principios, ideas y lo más
importante, a sus integrantes, especialmente a los más desfavorecidos, a los
empresarios grandes, medianos y pequeños, generadores de empleo formal e
impuestos para el funcionamiento e inversión del Estado. Partidos que defiendan
a la Iglesia católica, representada por humanos, cumpliendo funciones
importantísimas para las personas, las familias y la sociedad en general.
Sin desconocer en
ningún momento la necesidad de líderes, los partidos deben evitar los
caudillismos, fruto de egos y vanidades, que terminan destruyéndolos.
Pienso que el éxito
de un partido político, radica en la posibilidad de poder tomar decisiones que
surgen en forma transparente y limpia de sus afiliados, que sean respetadas y
acatadas por las minorías, y pienso que la rendición de cuentas permanente y de
todos los temas incluido el económico es importantísimo para mantener la unidad
y el respeto. Pienso que la unión hace la fuerza y que los esfuerzos que
hagamos traerán buenos resultados, es un buen momento, no estamos sometidos al
estrés de cercanas elecciones, pero el tiempo corre rápido.
Todo esto es fácil
de decir, pero bien difícil de practicar, lo importante es arrancar y no
quedarse en el intento.
Yo creo que si
algún partido puede arrancar el camino de su refundación institucional y social
es el Partido Conservador en Antioquia.
En alguna forma he
seguido a los senadores, representantes, diputados y concejales, y consideró
que vienen cumpliendo la tarea. Según las últimas elecciones parlamentarias
algo más de 90.000 antioqueños votaron por los congresistas de nuestro partido;
no sé si esos 90.000 estén carnetizados y activos.
En las últimas
elecciones a gobernadores, el candidato avalado y no respaldado por el partido,
sacó algo más de 90.000 votos, diría yo de conservadores huérfanos del partido,
que votamos por el candidato de nuestro partido, a sabiendas de no estar
respaldado por los congresistas, diputados y concejales del conservatismo antioqueño.
Quisimos hacernos contar y ahí estamos, esperando que el candidato Juan Camilo
Restrepo, o alguien del partido nos convoque y organice, inclusive, nos
carnetice; estaríamos ya 180.000 antioqueños en el Partido Conservador del
departamento.
De no ser así y
rápido, seguro nos volveremos a dispersar, continuando en la orfandad.
Qué bueno sería
volver a las épocas del glorioso Partido Conservador, donde cupiéramos todos
los conservadores, donde nos pudiésemos ayudar entre conservadores, reunir
entre conservadores.
El partido debe
contar con representantes de todas las clases sociales y de todas las
actividades, debe abrir a una gran convocatoria participativa, abrir su base de
datos, ingeniarse actividades y acciones que motiven y activen a sus miembros,
hoy más que nunca el partido conservador puede dar muestras de su capacidad de
recuperación en los más graves momentos de desprestigio político y partidista.
Hay temas, hay
sectores, hay personas sin representación, que podrían canalizar sus quereres,
sus necesidades a través del partido.
Pasadas las
elecciones escribí un mensaje al doctor Juan Camilo Restrepo para que en
representación de los conservadores que votamos por él, buscara acercamientos
con el partido en Antioquia como vocero de esos 90.000 copartidarios que lo
acompañamos. Hasta el momento ni el candidato ni el partido nos han convocado,
parece que seguiremos a la deriva. Que desperdicio, 90.000 conservadores
valiosos que seguimos esperando, hasta que nos cansemos de esperar, como se
cansaron no sabría decir cuántos conservadores que migraron al Centro
Democrático y a otros partidos.
Que se abra el
debate a las propuestas que permitan la refundación del partido en Antioquia.