miércoles, 25 de diciembre de 2019

Creer en Dios


Por Andrés de Bedout Jaramillo*

Andrés de Bedout Jaramillo
Hoy 25 de diciembre de 2019, es el día preciso para revisar nuestra relación con Dios, con nuestras familias, con nuestros amigos y con todos nuestros semejantes.

Consultados los científicos y pensadores sobre la creación, en su gran mayoría coinciden en la existencia de un ser absolutamente superior, un solo Dios verdadero, que con toda perfección creó cielo y tierra, rematando con la creación a su imagen y semejanza, de nosotros los humanos, para que nos sirviéramos de su creación.

Y nos hemos servido tanto que ya nos hemos hecho daño individualmente y hemos afectado la tierra, porque abusamos de todo al no comportarnos en la forma como Jesucristo nos enseñó y consta en la Santa Biblia.

Afortunadamente Dios nunca nos abandona, siempre está para nosotros, así nosotros no estemos para Él, porque equivocadamente preferimos, confundidos, los mal llamados placeres de la vida, que en última instancia nos causan sufrimiento, dolor, arrepentimiento, cuando los verdaderos placeres de la vida son realmente los que nos causan paz, tranquilidad y fuerzas para seguir adelante.

Creemos que lo mejor es lo que nos causa bienestares o alegrías transitorias, los vicios, el dinero, el sexo, cuando lo verdaderamente importante es lo que nos causa bienestares y satisfacciones permanentes, vida sana, mente sana, cuerpo sano, solidaridad, paz, tranquilidad y fuerza para afrontar las dificultades.

Definitivamente las malas influencias, las malas tentaciones, si no somos capaces de vencerlas, solo nos traen problemas, dolor, insatisfacción y lo peor, rabia con nosotros mismos y con nuestros semejantes.

Aprovechemos la celebración del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo para retomar el sendero de una vida nueva, sana, al servicio de nuestras familias, de nuestros amigos, de nuestros semejantes; reafirmemos nuestro agradecimiento con Dios nuestro creador, reafirmemos con nuestro comportamiento, que nunca nos separaremos de él, que sus enseñanzas, por difícil que sea, serán nuestro código de comportamiento y los resultados serán de bienestar verdadero, individual y colectivo.

Para todos(as) mis lectores y sus familias, una feliz y verdadera Navidad, para un feliz y verdadero 2020.