jueves, 11 de julio de 2019

La historia del federalismo en Antioquia (segunda parte)

Por Julio González Villa*

La constitución antioqueña de 1811

Julio González Villa
Habíamos dejado nuestro primer artículo en 1810, es decir, repasamos la actitud de Antioquia ante la invasión napoleónica a España. Revisemos las actitudes antioqueñas una vez se dictaron las actas de independencia de 1810.

El 27 de junio de 1811, la Suprema Junta de Antioquia, obsérvese bien como la Provincia de Antioquia habla por sí misma a través de su propia Junta, a quien nomina Suprema, esa Junta Suprema, dictó una constitución provisional en donde manifestó reasumir su soberanía:

“Que desde el instante en que el señor don Fernando VII, sin el consentimiento de la nación abdicó la Corona en una extranjera dinastía, y fue cautivado por el Emperador de los Franceses, los pueblos, y entre ellos el de Antioquia, reasumieron la soberanía y los sagrados e imprescriptibles derechos concedidos al hombre por el Autor Supremo de la Naturaleza, en cuyo goce y ejercicio entraron desde el 20 de julio, que fueron depuestas en Santafé las autoridades que indebidamente lo impedían”. Francisco Duque Betancur; “Historia del Departamento de Antioquia”; Imprenta Departamental; 1967. Pag. 425.

Llama la atención de esa proclamación de 1811 cómo quienes redactaron, suscribieron y promulgaron esa primera Constitución, están absolutamente influenciados de los dictados de la Revolución francesa: los conceptos de soberanía y los sagrados derechos del hombre.

Esta Junta Suprema, que dictó esa constitución el 27 de junio de 1811, estaba compuesta por José Elías López Tagle, doctor José María Montoya (de Rionegro), pbro. doctor Lucio de Villa (de Medellín), don Manuel Antonio Martínez, don Juan Nicolás de Hoyos (de Marinilla) y doctor José Antonio Gómez. Mírese que esas son las villas realmente importantes de Antioquia en ese entonces, Santa Fe de Antioquia (la capital), Medellín, Rionegro y Marinilla.

Esta Constitución de 1811, contraría la de Cundinamarca que aceptaba un sustituto de Fernando VII, si este no podía venir a Bogotá “sustituto que sería un ‘presidente, como vicepresidente de Fernando VII’” (Henao y Arrubla). En Antioquia se manifestaba un nuevo espíritu ya que hacía referencia al despotismo de tres siglos y se exhortaba a los ciudadanos con frases como esta: “Conoced vuestros derechos, estudiad los fundamentos de la política, y ganad el inestimable bien de la libertad”. Fco. Duque Betancur, ob cit, pag. 428

En su título 3 se consignó:

“1. El presidente del Estado ejercerá el Poder Ejecutivo en toda la Provincia. 2. El Presidente se mudará cada seis meses y se nombrará del cuerpo de los representantes, a pluridad absoluta de sufragios”.

Es en 1811 que se establece el sello de Antioquia:

“En la ciudad de Antioquia, capital de la Provincia, a dos de septiembre de mil ochocientos once; congregado en su Palacio el Supremo Poder Legislativo, y propuesta por materia de sus deliberaciones el sello de que deba usar el Estado, las insignias y uniformes de los individuos de la Representación Nacional, y el Tribunal de Real Hacienda, se acordó lo siguiente:

“Que se rompa inmediatamente el sello del Estado, en forma ovalada, dividido en cinco cuarteles y con una inscripción en la circunferencia, que diga: FE PUBLICA DEL ESTADO LIBRE E INDEPENDIENTE DE ANTIOQUIA, la cual irá orlada por un lado con una palma, y por el otro, con un olivo. El principal de los cinco cuarteles lo ocupará un cuervo posado sobre un árbol frondoso; el segundo, una torre; el tercero, un león; el cuarto, dos brazos y manos enlazadas, y el quinto seis ramas de palma cogidas con una cinta; y en la extremidad, las seis iniciales R.Z.C.Y.C.B. Cuyas armas son alusivas a los cuatro ilustres Ayuntamientos; y las del último cuartel, a los seis lugares no sujetos a departamento capitular que son: Remedios, Zaragoza, Cáceres, Yolombó, Cancán y San Bartolomé”. Francisco Duque Betancur, ob cit. Pag. 432.

Se debe destacar, conforme a este sello, la tradición minera de Antioquia. El nordeste antioqueño protagoniza la economía antioqueña, Remedios, Zaragoza, Cáceres y Yolombó.

Al finalizar 1811 se instala la Primera Asamblea Constituyente de Antioquia donde se destaca en el juramento que hicieron los constituyentes “la omisión absoluta del nombre real” (Francisco Duque Betancur, Pag. 434):

“¿Juráis a Dios y a la Patria servir, ejercer y desempeñar bien y fielmente el delicado encargo que os han conferido los Pueblos de este Estado y de darles una Constitución que les garantice sus sagrados e imprescindibles derechos de libertad, seguridad y prosperidad; sostener nuestros dogmas católicos y hacer se guarde la Religión sagrada que profesamos, por lo cual si necesario fuere, derramaremos hasta la última gota de nuestra sangre?”.

Ya Antioquia rompe con el Rey.

Antioquia promueve una unión con las demás provincias. El 27 de noviembre de 1811 las Provincias de Antioquia, Cartagena, Neiva, Pamplona y Tunja se confederan y crean el Estado que llamaron Provincias Unidas de la Nueva Granada, dándose una constitución. Cundinamarca, es decir, Bogotá, se niega a suscribir esa Acta de Federación por sus ambiciones centralistas:

“…han proclamado sus deseos de unirse a una asociación federativa, que remitiendo a la totalidad del Gobierno general las facultades propias y privativas de un solo cuerpo de nación reserve para cada una de las provincias su libertad, su soberanía y su independencia, en lo que no sea del interés común, garantizándose a cada una de ellas estas preciosas prerrogativas y la integridad de sus territorios…”

Es importante destacar cómo Antioquia reconoce que existen algunas circunstancias que ameritan una centralización y en esto se distanció de la Provincia de Cartagena que era radicalmente federal por sus defensas militares (murallas, castillos, etc..) y por su enfrentamiento con provincias contrarrevolucionarias, es decir, dominadas por españoles, como lo eran Riohacha y Santa Marta, al otro lado del río Magdalena:

“Por otra parte la Junta de Cartagena se dirigió a todas las demás provincias por medio de un manifiesto en el que proclamaba el sistema federal de gobierno, en oposición al central que propiciaba la Junta Suprema del Reino en Santafé de Bogotá. Para lo primero contaba Cartagena con sus buenos elementos bélicos y con su posición de avanzada para la defensa, a tiempo que proponía la reunión del Congreso, no en Bogotá, sino en Medellín, por su clima medio y su situación intermedia. A esto la Provincia de Antioquia mantuvo una actitud de prudencia y como se verá más adelante, aunque optó por el sistema federal, fue partidaria de la centralización de los ramos de Guerra y Hacienda, como lo reclamaba la elemental necesidad de la defensa nacional”. Fco. Duque Betancur, ob. Cit, pag. 427

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