Por Julio
González Villa*
El federalismo
es un concepto de gobierno ínsito al pueblo antioqueño, desde las declaraciones
de independencia de España.
Antioquia, el 12
de enero de 1810, seis meses antes de que Bogotá armara el sainete del 20 de
julio, había decidido enviar a las Cortes españolas su propio representante
para hacerse escuchar ante la propia España, como una región independiente y
autónoma, ante la invasión que había hecho Napoleón Bonaparte de ese reino.
Antioquia otorgó
poderes “al excelentísimo señor don Antonio de Narváez, diputado único del
Nuevo Reino a las Cortes españolas, con instrucciones separadas tan libres y
atrevidas en su expresión, que no dejan de tener un hondo significado en los
acontecimientos posteriores”.
La Junta que
gobernaba en Antioquia compuesta del gobernador don Francisco de Ayala y los
señores don Francisco José Santana, don Manuel Cossio, don Pedro Alcántara
Arroyo y Campero, don Faustino Martínez (el más tarde fiscal de los patriotas),
don José Pardo, don José Cruz Robledo, don Francisco Londoño, don Tomás de
Rublas y don Juan del Corral, daban sus poderes en los términos siguientes: “Para
que sin trastornar los principios de la monarquía, tampoco pierda de vista y
reclame la conservación de los sagrados e imprescriptibles derechos de hombre,
libertad, seguridad y propiedad, que son las bases de la sociedad, así como
deben ser los principios de todo gobierno sabio e ilustrado; y, últimamente
para que conserve ilesa y permanente la representación de este Reino por medio
de su verdadero Representante que es ahora y los que en adelante fueren, del
mismo modo y en los mismos términos que lo hicieren los demás de la Península,
gestionando cuanto conviniere para las más perfecta igualdad en esta parte, a
efecto de que por ninguna circunstancia dexede quedar el Reino legal y
verdaderamente representado”. (Ramón Correa. Documento original de los
Archivos de Antioquia y Rionegro, citados en su obra “Don Juan del Corral”.
Francisco Duque Betancur; Historia del Departamento de Antioquia; Imprenta
Departamental; 1967; Pag. 412).
Aparece entonces
en Antioquia don Juan del Corral como el personaje director y vocero de la región:
“En la misma Antioquia, tan aislada de comunicaciones, personaje tan
caracterizado y representativo como lo era el procurador don Juan del Corral,
había propuesto, como lo afirma el historiador Restrepo Eusse, y don Ramón
Correa, la formación de una junta autónoma, antes del 20 de julio, en ‘luminoso
informe’”. Francisco Duque Betancur, ob. Cit. Pag. 423.
Las provincias
se habían sublevado ya de la España tomada por Napoleón: Casanare, Cartagena el
25 de mayo y el 14 de junio; Cali, el 3 de julio, en donde el antioqueño
Atanasio Girardot comandó el batallón Patriotas de Cali; Pamplona, el 4 de
julio; El Socorro el 10 de julio.
Las provincias
le reclamaron a Bogotá su inacción: “Como lo afirma el historiador Porras
Troconis, de varios puntos llegaban a la capital del Nuevo Reino las
solicitudes para iniciar el movimiento y entre estas registra la de don Agustín
Gutiérrez Moreno, que desde el 5 de julio escribió a su hermano residente en la
capital: ‘El concepto que hay aquí (al parecer Cartagena) de los de Santa Fe, es
el de cobardes hasta lo infinito, pues pudiendo contar con el auxilio de todo
el reino, no se mueven y aguantan demasiado…’”. Francisco Duque Betancur,
Ob. Cit, pag. 424.
Una vez se
conocieron los sucesos del 20 de julio de 1810 en Bogotá, las ciudades o villas
de Medellín, Rionegro, Marinilla y Santa Fe de Antioquia se reunieron en esta
última ciudad y se nombró una Junta de Gobierno “en una región que en virtud
del cambio administrativo quedaba como un estado federal en condiciones de
autonomía”. Francisco Duque Betancur, ob. Cit. Pag. 417.
El 27 de junio
de 1811, la Suprema Junta de Antioquia dictó una constitución provisional en
donde manifestó reasumir su soberanía: “que desde el instante en que el
señor don Fernando VII, sin el consentimiento de la nación abdicó la Corona en
una extranjera dinastía, y fue cautivado por el emperador de los franceses, los
pueblos, y entre ellos el de Antioquia, reasumieron la soberanía y los sagrados
e imprescriptibles derechos concedidos al hombre por el Autor Supremo de la
Naturaleza, en cuyo goce y ejercicio entraron desde el 20 de julio, que fueron
depuestas en Santa Fe las autoridades que indebidamente lo impedían”.
Francisco Duque Betancur, Pag. 425.
El 27 de
noviembre de 1811 las provincias de Antioquia, Cartagena, Neiva, Pamplona y
Tunja se confederan y crean el Estado que llamaron Provincias Unidas de la
Nueva Granada, dándose una constitución. Cundinamarca, es decir, Bogotá, se
niega a suscribir esa Acta de Federación por sus ambiciones centralistas:
“…han proclamado
sus deseos de unirse a una asociación federativa, que remitiendo a la totalidad
del Gobierno general las facultades propias y privativas de un solo cuerpo de
nación reserve para cada una de las provincias su libertad, su soberanía y su
independencia, en lo que no sea del interés común, garantizándose a cada una de
ellas estas preciosas prerrogativas y la integridad de sus territorios…”
El 11 de agosto
de 1813 se declaró la independencia absoluta de España: el Estado Soberano de
Antioquia desconoce como rey a Fernando VII y a cualquiera otra autoridad que
no emane directamente del pueblo.