Por Andrés de Bedout Jaramillo*
Ni
las advertencias de los directores del Banco de la República y la ANDI, que
claramente y de frente le han pedido al sector político colombiano un acuerdo
sobre lo fundamental, no más odio ni más polarización, advirtiendo el daño que
le están causando a la economía del país, al crecimiento del país, al empleo
del país, a la sociedad colombiana, a las familias colombianas, lo han logrado.
Si estas advertencias no hacen que los políticos se sienten a pensar y a
conversar sobre nuestro futuro y que continúen con su egoísta política de hacerse
visibles a costas del odio y la polarización, van a acabar con el país.
Que
no le paren bolas a todas las personas que en todos los tonos hemos venido
insistiendo de tiempo atrás, por una política de reconciliación, de inclusión,
de perdón, de diálogo, para que todos podamos trabajar en la generación de
riqueza, de empleo, de felicidad, empujando hacia el mismo lado, es seguir
desconociendo que debe primar el interés general sobre el particular, es seguir
cultivando odios, es seguir trabajando para el hartazgo, la infelicidad, la
pobreza, el desempleo. Es que lo están diciendo los directores de la ANDI y del
Banco de la República y para que esos señores se atrevan a ello, es que la
están viendo muy peluda.
Está
más que probado que somos viscerales en la política, que votamos verracos y que
esa es, inclusive, la estrategia. Así decía un político, hoy candidato a la alcaldía,
que fue el primer valiente que se atrevió a hablar del tema, al contar
inocentemente la diabólica estrategia para manejar a los votantes viscerales;
pero le supo a cacho, fue expulsado, desheredado y le retiraron todos sus
afectos. Cuál útil habría sido permitirnos un análisis profundo sobre el manejo
político del odio y la polarización, que hoy tiene destruido a este país, en el
que tenemos que caber todos, para que entre todos podamos sacarlo adelante.
No
más odios, no más polarizaciones, no más egoísmos; sentémonos todos a pensar cómo
podemos ceder, para que sea el interés general el que triunfe, que nuestra
clase política muestre su grandeza, muestre su amor por el país, muestre su
verdadero objetivo, su verdadera razón de ser: servir a las comunidades.
Que
Nuestro Señor Jesucristo nos ilumine y nos proteja a todos los colombianos.