martes, 9 de abril de 2019

Qué es la minga


Por Antonio Montoya H.*

Antonio Montoya H.
“Es una antigua tradición de trabajo comunitario o colectivo con fines de utilidad social”. El significado “se deriva de la percepción y creencia que tenían los aborígenes de que, realizando un trabajo compartido para el bien común, se hace más rápido, mejor”.

Ante la convocatoria que efectuaban los líderes de las tribus, la población acudía al llamado, se movilizaba y organizaba; era una celebración de vida.

Esto que hicieron los indígenas en el sur del país, no es una minga, es simplemente un paro. Allí no se está haciendo nada de lo que es una minga, lamentablemente la prensa hablada y escrita no investiga realmente el significado de las palabras y eso conlleva a que, como en este caso, se le dé una connotación histórica diferente a la realidad. Deben estar revolcándose los antepasados en sus tumbas, al ver como se tergiversa el significado de sus palabras, de lo que realmente le da valor y sentimiento a la minga.

Miren ustedes bien: la minga conlleva liderazgo, solidaridad, compañerismo, trabajo en equipo, satisfacción por el trabajo compartido, amor por el terruño, autoestima y disfrute por el resultado.

Dígame uno cualquiera de los que leen esta columna, si lo que ha ocurrido en el Cauca y lugares aledaños, o en el Tolima, es realmente algo que se pueda valorar como minga.

Tenemos destrucción, violencia, desempleo, poca solidaridad con el resto del país que se está quedando sin suministros, quema de vehículos, muertos y desorden; es una acción desestabilizadora y repugnante por parte de los promotores, aliados y partidarios que se unen a fomentar el malestar en Colombia.

Digámoslo sin titubeos, estos paros indígenas, estudiantiles y los que se vienen, no tienen fundamento alguno, cuando estamos superando las dificultades ampliando cobertura en educación, nuevas formas de adquirir vivienda, estructurando mecanismos para solucionar problemas energéticos, en fin, trabajando con seriedad, mesura y sin desfallecer como lo demuestra el gobierno nacional, que no está cacareando logros, sino con bajo perfil reorganizando el estado y sus finanzas.

Quienes quieren poner al estado en jaque son Gustavo Petro, Bolívar, la izquierda en general, el ELN, y todos aquellos a los que los gobiernos de turno les abrieron las puertas de la legalidad para construir un país incluyente, pero, ellos quieren un país pobre y desestabilizado, como lo lograron en Venezuela, una estrategia válida reinar en la miseria.

Los que hacen parte activa del paro indígena, son poseedores de tierras, han tenido apoyo de muchos gobiernos y lo que deberían explicar es qué tipo de cultivos tienen allí, cuántos trabajan la tierra y sí hoy son sostenibles. Viven y han vivido de los subsidios, no les importa y perjudican con esa conducta a millones de colombianos. Deberían continuar negociando en mesas de trabajo serias, no amenazantes, estructurando un futuro para las comunidades y cohesionándolas con el resto del país.

Por último, reitero que los ciudadanos del común, nosotros, trabajadores, estudiantes y amas de casa, no pueden soportar siempre sin reaccionar al comportamiento indebido de políticos, comunidades y sectores sociales que bien pueden reclamar derechos, pero no actuando contra los derechos de los demás. Por ello se clama justicia y acción del gobierno, tatequieto a los mezquinos, negociaciones civilizadas en la mesa y al trabajo en común por el futuro.