jueves, 7 de febrero de 2019

La basura


Por Andrés de Bedout Jaramillo*

Andrés de Bedout Jaramillo
Dentro de las acciones prioritarias para proteger la salud y al medio ambiente está el manejo de las basuras, que todos los días y a todas horas producimos los humanos en nuestras actividades y de las que inmediatamente queremos deshacernos, porque nos estorban, afean, generan malos olores, atraen plagas de roedores, aves de carroña y vectores. En el espacio público atraen a los indigentes, drogadictos, integrantes de la extrema pobreza, con los que no nos queremos topar por que huelen maluco y consideramos peligrosos.

En el caso de Medellín, «la Tacita de Plata», estamos dormidos en los laureles y no avanzamos eficientemente en asumir la responsabilidad de hacer bien hecho el reciclaje en origen, es decir en nuestros hogares, lugares de trabajo, urbanizaciones, unidades cerradas, edificios, barrios y comunas; esto lo vamos a lamentar en muy pocos años, cuando la capacidad de nuestro relleno sanitario La Pradera, se acabe, y más ahora, utilizado por muchos municipios, de Antioquia y de otros departamentos, habida consideración de la imposibilidad física y legal de encontrar sitios para la disposición final de basuras y la oposición de las comunidades.

Ninguno de nosotros queremos un relleno sanitario cerca, todo sitio de disposición de basuras, por bien manejado que sea, inclusive en muchos casos en el mundo, atrae a seres humanos en una pobreza extrema tal, que viven de la basura y dentro de la basura y para aguantar esa vida tan difícil tienen que consumir droga, mantenerse dopados frente a la realidad que les tocó. Utilizar tecnologías para desaparecer las basuras sin generar las consecuencias descritas, tiene unos costos demasiado altos y el contenido de humedad de nuestros residuos agrava aún más la situación, y ni hablar de las tarifas, tocaría incrementarlas muchísimo, porque el estado no sería capaz de subsidiar estas operaciones. Solo nos queda llevar a los rellenos que tenemos hoy, la menor cantidad de basura posible, haciendo la separación en origen de una forma responsable y perfecta.

Estamos en época de precandidatos y de candidatos a las alcaldías, gobernaciones, concejos, asambleas y juntas administradoras locales, hasta el momento no he oído a ninguno(a) hablar del tema de las basuras y menos de la indigencia y del reciclaje.

Estamos en épocas de las asambleas y juntas directivas de las grandes, medianas y pequeñas empresas del sector público y privado, en vísperas de las asambleas de copropietarios de unidades residenciales y edificios y a en ninguna citación se habla de las basuras y el reciclaje.

La primera conclusión sería que este tema todavía no ocupa en el escalafón de las prioridades ni el lugar que se merece, desde que las empresas operadoras de la recolección, transporte y disposición final de las basuras cumplan, así sea medianamente, con su tarea y no las veamos en nuestros hogares y entornos.

Qué equivocados estamos. Es urgente que, como cuidado y prevención a los daños a la salud y al medio ambiente, seamos conscientes de la urgente necesidad de reciclar en la fuente u origen de las basuras, o sea, en nuestros hogares, nuestros lugares de trabajo, nuestro espacio público.

Absolutamente conscientes de que por ser una actividad no rentable, inclusive no auto sostenible desde el punto de vista económico, lo único a que estamos obligados es a capacitarnos y a hacerlo perfectamente bien hecho desde el origen, entendido como el momento en que cualquier artículo, producto u empaque, inicie su vida de basura; me refiero al tratamiento adecuado que debemos darle a las basuras, papeles y cartones limpios y secos en una bolsa, envases de vidrio y de plástico (Pet, polietileno, plástico, etcétera.) limpios, y secos en otra bolsa, para que los recicladores, individuales o asociados, y las empresas con rutas selectivas, recojan estas materias primas y las lleven de regreso a los procesos productivos. El resto de las basuras, en otra bolsa, para que el camión recolector se la lleve para el relleno sanitario, mientras encontramos en una perfecta clasificación de los orgánicos, entendidos como los restos de frutas y verduras crudas, como materias primas perfectas para la producción de verdaderos abonos orgánicos y la lombricultura. Artículos metálicos, electrónicos, como electrodomésticos, celulares, computadores, pilas, etcétera. nos toca tomarnos la molestia de llevarlos o pagar para que nos los recojan en los sitios especializados en desbaratarlos y separarlos para su reutilización en los procesos productivos.

Esto dicho así, suena sencillo, pero nos da mucha pereza juagar o lavar y secar los envases vacíos, inclusive separar las tapas para la campaña de la fundación que las está recogiendo y ponerlas en bolsa aparte como lo demanda un perfecto reciclaje.

Si todos nos pusiéramos en la tarea, haríamos de estos elementos, que son el gran porcentaje de las basuras, materias primas atractivas para frecuencias de recolección, lugares de empaque y almacenamiento, para transportarlas como materias primas de óptima calidad.

De nada sirve si lo que queremos es ayudarle a la salud y al medio ambiente, entregar la basura revuelta, inclusive separada para que otros tengan que tratar de salvarla contaminada, donde los procesos de descontaminación, son los que hacen que la actividad del reciclaje sea poco atractiva, insostenible económicamente hablando, y practicada por personas condenadas a la pobreza absoluta.

Estaríamos matando tres pájaros de un tiro, haciendo la separación de las basuras en el origen: 1) daríamos la oportunidad de que la actividad se dignifique y la posibilidad de que los actores salgan de la pobreza absoluta y la drogadicción. 2) Contribuiríamos a la prevención en los temas de salud pública. 3) Contribuiríamos al medio ambiente, alargando la vida útil de nuestros rellenos sanitarios. Y si a esto le llevamos unos indicadores que nos permitan medir los avances en nuestros hogares, nuestras empresas, nuestros edificios, nuestras unidades cerradas, nuestros barrios, nuestras comunas, nuestros municipios, estaríamos redondeando una labor, que además nos produciría un inmenso bienestar personal, por el bienestar general que estaríamos contribuyendo a generar en nuestras comunidades.

Pensemos en las generaciones futuras, hagamos separación de las basuras reutilizables en origen.

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