viernes, 5 de diciembre de 2025

Los días pasados, ¿dónde van a parar?

Ramón Alberto Mejía Bohórquez
Ramón Alberto Mejía Bohórquez

El tiempo es lineal y una línea es infinita, así como el mar nunca se sale de madre. El planeta Tierra es redondo y gira alrededor del Sol y existe la noche y el día. Ocurre durante 24 horas, pero estas jornadas de tiempo, dentro de los calendarios, cambian de fechas.

Los días siguen transcurriendo normalmente, pero esa acumulación de días terminados que creemos que no regresan se retroalimentan, es decir, terminan para volver a empezar en una constante e interminable de regresión.  Es decir, empieza el día y termina. Viene la noche y el nuevo día y así sucesivamente, formando un tiempo lineal fijo y constante e inacabable. El tiempo está compuesto de segundos, minutos, horas, que forman el día y la acumulación de días al mes y los meses en años y los años, los siglos y estos en milenios.

Y siempre el tiempo estará allí y es el mismo. Sólo cambia de posiciones de acuerdo con las estaciones climáticas definidas por la naturaleza, de verano, invierno, primavera y otoño. Los días pueden cambiar de acuerdo con el estado del tiempo, pero la variación son las horas demarcadas.

Los días pasan según las medidas y los estados atmosféricos ya que el tiempo no se determina hacia la inmensidad del espacio, pues conforman el mismo instante, sobrecogedor y abstracto, ya que el tiempo no se puede detener.

El tiempo señalado está despejado con los lineamientos matemáticos precisos, pero es inacabable, sublime, misterioso y mágico. Como dice la canción: «Reloj no marques las horas…», pero eso es imposible porque el tiempo no puede detenerse.

Son leyes inmutables de la naturaleza y ese tiempo no se pierda nunca ya que conforma la historia de la humanidad. Presente, pasado y futuro son ese mismo instante que conforma el ayer, el hoy, el mañana. En un solo estado de tiempo espacio.

Proyectos y estudios matemáticos, astronómicos, antropológicos, geofísicos, determinan que el tiempo no se puede detener. El equilibrio del tiempo no se puede distorsionar en relación con medidas fraccionarias, ya que no es fijo sino variable y longitudinal y corre a una velocidad impresionante.