martes, 1 de abril de 2025

De cara al porvenir: las musas

Pedro Juan González Carvajal
Pedro Juan González Carvajal

En plena época de deterioro generalizado, donde a la buena educación y a las buenas prácticas las reemplazan ídolos temporales y super héroes engominados, donde la vulgaridad es pan de cada día en múltiples aristas de nuestra realidad, qué falta nos hace que las musas vuelvan a acompañar e inspirar a hombres y mujeres que traten al menos de recomponer en camino y tratar de devolvernos, aun cuando sea parte, del nivel de civilización alcanzado en algunos lugares geográficos, en diferentes épocas del tiempo.

Las musas eran cada una de las nueve deidades que, según el mito, habitaban, presididas por Apolo, en el Parnaso o en el Helicón y protegían las ciencias y las artes liberales.

La mayor de las musas es Calíope, la de la bella voz. Era la musa de la elocuencia, la belleza y la poesía épica. Se representaba con un estilete y una tabla de escritura y muchas leyendas la presentan como la madre de Orfeo y Linus, aunque otros historiadores piensan que la naturaleza de estas musas era completamente virginal.

Clío era la musa de la historia. Cuentan que fue esta musa la que introdujo el alfabeto fenicio en Grecia. Además, también se menciona como madre de Jacinto, compañero de Apolo. Es representada con un rollo de pergamino.

Erato es la musa de la poesía lírica-amorosa y es representada en diversas obras con una lira.

Euterpe, la muy placentera, es la musa de la música, especialmente de la que se toca con la flauta. Precisamente a esta musa se le atribuye la invención de la flauta doble, instrumento con el que es representada.

Melpómene es la musa de la tragedia. Por ello es representada con un cuchillo en una mano y la máscara trágica en la otra.

Polimnia es la musa de los cantos sagrados y la poesía sacra. Es representada en una actitud meditativa, con un semblante muy serio. En ocasiones, puede ser representada con el dedo sobre la boca, simbolizando así el silencio y la discreción.

Terpsícore, la que deleita con la danza es la musa de la danza y de la poesía coral. En algunas leyendas es tratada como la madre de las sirenas.

Talía era la musa de la comedia y de la poesía bucólica. En las representaciones figura con la máscara de la comedia y el cayado de pastor.

Por último, tenemos a Urania, la celestial, la musa de la astronomía, de la poesía didáctica y de las ciencias exactas. En sus representaciones aparece con una esfera en la mano izquierda y una espiga en la derecha, además va vestida con un manto cubierto de estrellas.

Como anotación especial recordemos que Safo fue considerada ampliamente como una de las más grandes poetas líricas y recibió nombres como “La Décima Musa” y como “La Poetisa”.

Sostienen algunos que la ética, la estética y la belleza van de la mano, pues el orden y la armonía se contraponen a la entropía como fuerza natural del universo.

El vivir bien y el bien vivir deben dejar de ser simples axiomas que nos sirvan de guía, para convertirse en verdaderas realidades que hagan nuestra vida más amable.

Recordemos estos pensamientos:

“Solo hay una cosa más despreciable que un dictador competente, y es un dictador incompetente”.

“Hermosas las manos que llegan de repente a sanar lo que nunca hirieron y reparar lo que no rompieron”.