martes, 22 de abril de 2025

Conceptos desgastados

Pedro Juan González Carvajal
Pedro Juan González Carvajal

Muy a nuestro pesar, muchos de los esfuerzos y de las acciones que hacemos los humanos para hacerle frente a algunas situaciones de complejidad, ya han dejado de ser efectivos y se han convertido en simples convocatorias llenas de buena voluntad y que muchas veces parecen más bien estrategias de los gobernantes para dejar constancia de que algo se hace aun cuando los resultados no se vean y se sepa de antemano que el efecto real será simplemente simbólico.

Tal es el caso de los consejos de seguridad que se convocan tanto en la ONU como en el país.

Después de una demostración de fuerza de algún contradictor, se convoca a una reunión de emergencia, donde funcionarios y personajes con mirada adusta, se encierran a discutir sobre el tema y usualmente a expedir como conclusión una serie de medidas simbólicas que casi nunca llegan a nada.

Otra instancia son las llamadas mesas de negociación o mesas de diálogo, espacios temporales que se crean para enfrentar una reclamación por las vías de hecho y que la mayoría de las veces están lideradas por funcionarios que no tienen las atribuciones suficientes para decidir y comprometerse con ningún tipo de acuerdo, por lo cual se focalizan en dilatar y firmar unos pretendidos acuerdos que usualmente se van a incumplir.

Ante las realidades de un mundo globalizado, cuando se presentan crisis comerciales, se habla de la urgente necesidad de abrir nuevos mercados, lo que se está diciendo desde los años 60 y no se concreta, quedando simplemente en un postulado que se vuelve lugar común para los funcionarios mediocres tanto públicos como privados.

Cuando se presentan asesinatos o crímenes contra la sociedad, de alto impacto comunicacional, obviamente no falta la expresión por parte del funcionario entrevistado de turno del inicio de una investigación exhaustiva, a la cual no se le hace seguimiento y finalmente será opacada o echada al olvido cuando se presente otro suceso trágico.

Ante una tragedia humanitaria, los compromisos de ayuda, reubicación y/o reconstrucción nunca faltan, a pesar de no saberse a ciencia cierta si se cuenta o no con los recursos necesarios.

Ni que hablar de las ingenuas y bellas invitaciones del Papa para orar por la paz, las cuales simplemente se han convertido, y lo digo con todo respeto, en un canto a la bandera.

En lo local, conceptos importantes como el de programa de gobierno y el de plan de desarrollo se han convertido en conceptos de forma con los cuales hay obligatoriedad legal de elaboración y en teoría de cumplimiento, a pesar de que ya hemos aprendido a elaborar propuestas tan generales, que todo lo divino y todo lo humano podría ser argumentado como incluido dentro de la gran sombrilla que recoge todo lo que se necesite demostrar o al menos evidenciar.

En un terreno más mundano, los llamados microciclos para preparación de grupos particulares de futbolistas de cara a la Selección Colombia de Fútbol se han convertido en espacios para dejar constancia de que se está pensando en el proceso de relevo generacional, lo cual tendría luces de mediano y largo plazo. Cuando ya no son sinónimos los conceptos de entrenador y seleccionador, la cosa se enreda.

Recordemos a la escritora Camila Sosa cuando sentencia: “Vivir es peligrar; no se puede salir ileso de la vida”.

Y esta otra joya del Papa Francisco: “La autoridad que no es servicio es dictadura”.