Por Santiago Cossio*
El emprendimiento unipersonal vs. el emprendimiento
colectivo y sus implicaciones en la economía.
El presidente Santos, en aras de facilitar
la creación y formalización de empresas, apoyó la figura de la sociedad anónima
simple reduciendo los requisitos y trámites para su creación. Hoy tenemos un mundo
de emprendedores individuales que les toca más difícil en cuanto a todo lo administrativo
y financiero, pero, si vemos el panorama empresarial, son las sociedades anónimas
y grandes empresas las que tienen mayor porción de mercado y mayor posibilidad de
sortear las crisis. Estás últimas son las que cotizan en bolsa de valores, exportan,
tienen juntas directivas para mejor toma de decisiones y al unir capitales pueden
crecer más fácil.
El fenómeno viene también de lo público donde
el emprendimiento ha sido premiado más en lo individual. Incluso las sociedades
al tener un imporenta del 35% se hace más atractivo emprender como persona natural.
Ser tu propio jefe tiene pros y contras. Hay libertad para decisiones, pero también
puede llegar la enfermedad de la procrastinación y limitar las posibilidades de
crecimiento. En cambio, las responsabilidades societarias pueden ser motor del desarrollo
empresarial.
En ciudadanía cultural se debe educar a la
población en la confianza interpersonal. Estar seguro genera identidad y confianza
inversionista lo que llevará más adelante a que la gente confíe en crear empresas
entre varios socios.
Si vemos el panorama empresarial colombiano
el tema es desolador. Prácticamente la gran empresa es mínima y todo se basa en
micro y famiempresas. Esto se refleja en la pobreza de bolsa de valores que tenemos
donde solo 68 empresas de 1 millón 500 mil empresas cotizan sus acciones. No nos
alcanza ni para tener un s&p 100. Estados Unidos tiene el indicador s&p
500, las 500 primeras. Debemos comenzar por educar en confianza e identidad para
que más adelante podamos tener empresas más grandes.
P.D: la Bolsa de Valores de Colombia debería
abrir una bolsa de valores naranja donde artistas y las industrias creativas puedan
vender sus emprendimientos por acciones. Cuando llegó el Nasdaq (bolsa de valores
tecnológica) a Wall Street inicialmente fue motivo de temor inversionista, pero
hoy puede decirse que es motor de la riqueza de los países que nos aventajan en
tecnología.