José Leonardo Rincón, S. J.*
La firma Cifras y Conceptos que gerencia César Caballero, dio a conocer ayer jueves, en la mañana, los resultados de la décima segunda versión del que ha denominado Panel de opinión, conformado por los que considera líderes con influjo en diversos sectores, tanto público como privado, en temas de carácter social, político, económico, ambiental, etc. Este año lo hizo también para evaluar la equidad de género en nuestro país.
Muchas veces en mi vida me había preguntado a quién diablos es que entrevistan estas firmas, cuándo, dónde y cómo, y aunque desde hace dos años había participado por escrito en la encuesta, solo este año que fui entrevistado directamente por más de 20 minutos, literalmente bombardeado por múltiples preguntas, pude entender mejor la cosa. Dice la firma que realizó este trabajo entre agosto y octubre y que hizo la tarea en forma directa con poco más de tres mil personas y aclara: “Los líderes del Panel, se diferencian de la opinión pública en general, porque son los que orientan el clima de opinión, tienen capacidad de prospectiva e influyen en los asuntos políticos y temas de la agenda nacional. Nuestro directorio incluye expertos de la academia; concejales, senadores, presidentes, vicepresidentes y miembros de juntas directivas, directores de medios”.
Por supuesto que uno se siente en libertad de responder y la encuestadora es respetuosa de esta opinión, sin que haya sospecha de sesgos o manipulaciones. Quizás, se siente uno, como mosco en leche, o solo en el desierto, opinando lo que, de pronto, no es lo que opinan otros muchos. Lo que sorprende, finalmente, es que si bien, no totalmente, uno no coincide con los resultados de la mayoría, ahí está la gracia del asunto, porque refleja efectivamente el “clima” de opinión. Entonces, a estas alturas, uno no se siente tan fuera del tiesto y también comprende los reflejos que a los propios escritos le hacen sus lectores cuando aseguran que uno interpreta su sentir y pensar y agradecen por expresarlo. Obvio, no siempre todos están de acuerdo y así también me lo han dicho, algunos directamente en la tribuna, otros en privado. Por eso también casi nunca respondo, ni a los que alaban, ni a los que disienten, porque no es palabra de Dios, tan solo una opinión, una perspectiva, y mal servicio se prestaría entrando en confrontaciones de nunca acabar.
Entonces, los resultados son tendencias y se ha evidenciado que estas también pueden cambiar con el tiempo. Son un retrato, una instantánea, de cómo van las cosas, cómo las percibe la gente. Y como en las fotos, un día se ve bien y en otras no tanto, en unas casual y en otras de gala, en unas sonriente y radiante y en otras lúgubre o pensativo. Es un reflejo y puede ayudar precisamente para que la situación cambie. No siempre lo logra, pero al menos deja la inquietud. No debe estresar, pero tampoco puede pasar de agache y como si nada. Es una constatación que no puede pasar inadvertida. “Cuando el río suena, piedras lleva” y si “no hay peor ciego que el que no quiere ver” eso ya eso es otro asunto. “Se le dijo, se le advirtió, se le recomendó…” diría el coloso del humorismo, el finado Hebert Castro.