sábado, 4 de enero de 2020

Los nuevos gobernantes


Por Andrés de Bedout Jaramillo.*

Andrés de Bedout Jaramillo
El primero de enero se posesionaron los nuevos alcaldes y gobernadores. En el caso de Antioquia, donde pude seguir estos actos de cerca, inclusive asistir a la posesión del alcalde del Municipio de Santuario, me impactó favorablemente el hecho de que pusieron a Dios y a nuestra Iglesia Católica por delante, mejor dicho se encomendaron a nuestro señor Jesucristo, invitaron al buen comportamiento de sus pueblos y muy especialmente al de sus inmediatos colaboradores y al de ellos mismos. Públicamente se comprometieron a trabajar por las clases más desfavorecidas, a buscar en sus actuaciones el bien común, a continuar las obras que dejaron iniciadas sus antecesores, a cuidar y considerar como sagrados los dineros públicos, a trabajar duro en la generación de empleos dignos y formales, con las obras públicas y el apoyo a la grande, mediana y pequeña empresa, en las zonas urbanas y rurales, a trabajar unidos, buscando objetivos comunes entre gobiernos locales y regionales, a trabajar de cara y con las comunidades, con gobiernos de puertas abiertas, de autocensura, con autocontrol, respeto, inclusión, conscientes de que la unión hace la fuerza y que las diferencias se respetan civilizadamente.

Yo estoy muy optimista, muy positivo, este va a ser un cuatrienio de mucho desarrollo y bienestar, donde la paz y tranquilidad, fruto del buen comportamiento que nos enseña la Biblia, acompañados por nuestra Iglesia Católica y de la mano de nuestro señor Jesucristo, nos van a dar las fuerzas suficientes para enfrentar los momentos difíciles que se presenten. Nuestros gobernantes estarán iluminados por el Espíritu Santo en el manejo de sus responsabilidades. Han tenido el valor de reconocerse públicamente cristianos, creyentes y practicantes de nuestra religión, de nuestros principios y valores, de la importancia de la familia en la sociedad y de la Iglesia Católica, respetando la diversidad y trabajando por la inclusión.

Para todos la educación y la calidad de la misma, ocuparán lugar primordial, para que seamos iguales y libres. Las vías de comunicación, desde las 4G hasta las placas huellas, y el internet estará a todos los rincones donde también llegarán los servicios públicos, que garantizarán la calidad de vida en las zonas más apartadas, que frenarán la migración a las ciudades y que permitirán el desarrollo de nuestros campos con las empresas agropecuarias transformadoras, como futuro de generación de empleo y de riqueza.

Se dará solución a los elefantes blancos que la improvisación, los desaciertos, la falta de mantenimiento y hasta la irresponsabilidad, han permitido su existencia, en obras públicas y privadas, perjudicando a comunidades enteras.

Todos debemos comportarnos bien, trabajar duro, estudiar duro, aplicar permanentemente los principios y valores que nos enseña nuestra religión católica, porque queremos un futuro mejor para nuestros hijos, para nuestros nietos y para nosotros mismos.

Tenemos la mejor gente, la mejor tierra, la mejor ubicación geográfica frente al mundo, el mejor clima, todas las ganas y la fuerza para salir adelante; concentrémonos en lo que debemos hacer para lograrlo.

Las condiciones están dadas, de todos depende lograrlo, con familias fuertes, tendremos una sociedad fuerte, unos municipios fuertes, unos departamentos fuertes, una nación fuerte.

Ánimo, para atrás ni para coger impulso, todos a una.