viernes, 4 de diciembre de 2020

En homenaje a mis Hermanos

José Leonardo Rincón Contreras

Por José Leonardo Rincón, S. J.*

Racha, debacle, catástrofe son, entre otros muchos, los calificativos que tratan de definir lo que nos ha pasado a los jesuitas en estos 15 días: hemos perdido 13 hermanos, 12 sacerdotes y un hermano, casi uno diario. Diez de ellos por covid-19 y tres por otras causas.

En breve semblanza de cada uno quiero rendir mi postrer homenaje a estos hombres que el Señor nos puso en el camino de la vida y con quienes compartí en diversos momentos como jesuita en mis ya casi casi 40 años de Compañía.

Luis Carlos Herrera. Humanista, apasionado por la literatura, especialista en Rivera y García Márquez. Profesor en la Javeriana, también fue rector de los colegios San Luis en Manizales y San José en Barranquilla.

Carlos Alberto Cardona, contador javeriano se especializó en educación. Fue vicerrector en nuestro colegio de Barranquilla y actualmente era el director de pastoral en la Javeriana Cali.

Gabriel Montañez, religioso hermano, como todos los de su época, trabajador incansable en oficios varios, sencillo y humilde, sin mayores protagonismos, sirvió generosamente toda su vida.

Marco Tulio González, decano de psicología dejó una huella imborrable en cientos de profesionales. Fue rector en la Universidad Mariana en Pasto y Vicerrector en la Universidad Ruiz de Montoya en Lima.

Roberto Triviño, consagró su vida entera a dar Ejercicios Espirituales al clero colombiano y la vida religiosa desde nuestro Centro de Espiritualidad.

Jorge Uribe, comunicador social desde la Javeriana, el antiguo Cenpro, varios medios de comunicación, creó emisoras regionales y a través de ellas ejerció su apostolado.

Gonzalo Amaya, párroco en varias partes del país, consejero espiritual de la vida religiosa y en los sectores populares, se caracterizó por su enorme bondad con todos.

Leonardo Ramírez, dejó en un punto muy alto nuestra colonial Iglesia de San Ignacio. La mayor parte de su vida se dedicó al apostolado en diversas cárceles de Bogotá.

Guillermo Hernández, psicólogo, creador de las Escuelas de Padres en nuestros colegios, su fortaleza estuvo en la pastoral y consejería familiar.

Álvaro Jiménez, psicólogo, decano en la Javeriana de Bogotá y vicerrector en la Javeriana Cali, escribió cerca de 30 libros de amplia difusión.

Fortunato Herrera, psicólogo y educador en las dos sedes de nuestra universidad y varios colegios, fue también un apasionado de nuestra historia y custodio de los archivos más antiguos que tenemos los jesuitas.

Alfonso Llano, doctor en filosofía y doctor en teología, profesor de ética, decano en la facultad de medicina, pionero de la bioetica en el país, director de Cenalbe, capellán de palacio, dejó una huella grande en miles de colombianos a través de su columna dominical en el periódico El Tiempo.

Rodolfo de Roux, doctor en teología, profesor de Eucaristía, escritor de novelas, poeta, autor de varias canciones e himnos, académico de la lengua.

Todos ellos gozan ahora de la presencia del Dios amor. Perseveraron hasta el final y cumplieron feliz y fielmente su misión. ¡Bendito sea Dios!