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viernes, 13 de mayo de 2022

Merecido homenaje

José Leonardo Rincón Contreras
Por José Leonardo Rincón, S. J.

Un amigo compartió con nosotros, por Facebook, la foto de dos mujeres, junto con un bello y conmovedor texto en la que una le rinde un merecido homenaje a la otra. No creo haber visto antes algo similar y por ello quiero exaltar tan hermoso y noble gesto.

Pues resulta que la homenajeada es ni más ni menos que la empleada del servicio, como decimos, que acompañó a esa familia por casi tres décadas y comienza a gozar de su jubilación. Los elogios y la sentida gratitud con abundantes detalles no se escatiman en cada frase. Les confieso que me emocionó mucho este acto que yo llamaría de grandeza espiritual.

Porque homenajes a mujeres, muchos. Comenzando por el que le hicimos hace poco a las mamás. El que le hace anualmente Cafam a las que sobresalen por su entrega a la comunidad. El que hizo en estos días Forbes al presentar las 50 mujeres colombianas exitosas. Hasta los diversos reinados de todas las especies rinden culto a la belleza femenina. Pero este del que hoy les hablo, es realmente inédito.

En ese régimen machista, excluyente y elitista, “las de adentro”, “sirvientas” y “mantecas”, como muchas veces escuché denominar a las “muchachas del servicio”, se miró con desprecio y desdén a estas mujeres. Supe de familias que buscaban en orfelinatos o iban a pueblos campesinos a conseguir jovencitas para luego esclavizarlas de sol a sol 24/7, con malas pagas (si era que les pagaban), sin ninguna clase de prestaciones sociales, objetos sexuales de maridos inquietos y de aprendices adolescentes en sus ritos de iniciación.

A Dios gracias no fue esa la suerte de todas. También he conocido familias donde esas mujeres fueron valoradas, respetadas y tratadas con dignidad. Esas “nanas” como también oí llamarlas, contribuyeron con las mamás en la tarea de educar a los hijos y se convirtieron en protagonistas importantes de la vida familiar. Sus ausencias fueron lamentadas y lloradas por quienes las quisieron e integraron en su vida hogareña. La de quien les he hablado hoy es una de estas.

En este mes de mayo, en el que rendimos homenaje a mujeres como la Virgen María, y a nuestras propias madres, qué bueno poder rendir un merecido homenaje a esas mujeres humildes, trabajadoras incansables que laboran en tareas de todo tipo, pero quienes a pesar de su importancia han sido invisibilizadas, ignoradas, olvidadas. La de los tintos, la lavandera, la portera, la cocinera, todas ellas, son seres humanos muy valiosos, cargados de historias de vida muchas veces, la mayoría de las veces, ejemplares.

Qué bello testimonio de nobleza y gratitud el de esta mujer que reconoce públicamente en una red social la cercanía, la fidelidad, la dignidad de quien ofreciera lo mejor de su vida a colaborar en casa con las múltiples tareas confiadas. Merecido homenaje que había que hacer. Dios bendecirá con creces todo lo que hagamos por los más pobres y vulnerables de nuestra sociedad, pues bien lo dijo: “lo que hicieron por ellos, lo hicieron conmigo”.

sábado, 25 de julio de 2020

De la historia nuestra caballero y dice...

Por Santiago Cossio*

Santiago Cossio

Hace poco vimos un episodio que tuvo un desenlace fatal para George Floyd a manos de un policía en Estados Unidos. Este episodio provocó una revuelta en todo el país generando protestas por el que se podría considerar un abuso de poder y racismo continuado, pese a que según la proclamación de emancipación por Abraham Lincoln y luego, en la 13 enmienda de la Constitución en 1865, se proclama la abolición total de la esclavitud. Esto fue un proceso gradual ya que los territorios tenían sus propias resistencias.

El artista colombiano Joe Arroyo en su emblemática canción “Rebelión” hace una crítica y describe una historia que traemos para el análisis entre otras consideraciones. https://www.youtube.com/watch?v=Nhtn3HROvgA

Quiero contarle mi hermano un pedacito de la historia negra
de la historia nuestra, caballero y dice así:

En los años mil seiscientos
cuando el tirano mandó
las calles de Cartagena
aquella historia vivió

Cuando aquí llegaban esos negreros
africanos en cadenas
besaban mi tierra
esclavitud perpetua…

El castillo San Felipe de Barajas, en Cartagena, fue construido por esclavos africanos bajo la dirección de los españoles entre 1656 y se culminó en 1798, siendo una de las construcciones más grandes de América. Hoy es considerado patrimonio de la humanidad. El sometimiento histórico a esclavos e indios daría pie para la revolución. También debe reconocerse que el fuerte de San Felipe fue concebido para detener las invasiones de Inglaterra y Francia, donde más adelante Blas de Lezo derrotaría a estas fuerzas invasoras.

Que lo diga Salomé
uh, que te dé
llegó, llegó

Un matrimonio africano
esclavos de un español
él les daba muy mal trato
y a su negra le pegó

Y fue allí, se rebeló el negro guapo
tomó venganza por su amor
y aún se escucha en la verja
no le pegue a mi negra

¡Oye, man!, no le pegue a la negra
(no le pegue a la negra)
no, no, no, no, no, no
(no le pegue a la negra)

En Colombia el presidente liberal José Hilario López, en 1851, decreta el fin de la esclavitud. Esto fue objeto de debates previos donde los conservadores querían conservar los esclavos y los liberales, liberarlos. Aquí radica gran parte de la definición política de la época. Recordemos que Colombia decreto el fin de la esclavitud 12 años antes que Estados Unidos.

Oye, esa negra se le respeta
(no le pegue a la negra)
eh que aún se escucha, se escucha en la verja
(no le pegue a la negra)

No, no, no, no, no, no le pegue a la negra
(no le pegue a la negra)
negra que me dice
chambalaquete, chambalequete

Y aún se escucha en la verja
(no le pegue a la negra)
español con el alma negra
no lo envenena, no lo envenena

No le pegue a él
(no le pegue a la negra)
oye, porque el negro se te revela
(no le pegue a la negra)
ya me pongo el alma prieta
(no le pegue a la negra)
no, no, no, no, no, no le pegue
(no le pegue a la negra)

Habla mucho y no apretando, aprieta
(no le pegue a la negra)
no respeta, la aprieta
porque a la negra se le respeta
(no le pegue a la negra)

Y con ustedes, Chelito de Castro…

El 20 de julio de 1810 se dio el primero de muchos gritos de independencia. El florero de Llorente fue una excusa para romper relaciones y comenzar el proceso de sublevación criolla de donde se proclamo “Si perdéis estos momentos de efervescencia y calor, si dejáis escapar esta ocasión única y feliz, antes de 12 horas, seréis tratados como los insurgentes, ved los calabozos, los grillos y las cadenas que os esperan”.

El 11 / 11 de 1811 la ciudad amurallada se declara en independencia donde ya en gran parte de Santa Marta y la costa se venía gestando el movimiento independista.

Podemos traer de la historia a doña Concepción Loperena de Valledupar llamada la heroína. El 22 de mayo de 1811, se sublevaron contra el rey y las autoridades españolas. luego en Cartagena con el gobierno presidido por Manuel Rodríguez, con Simón Bolívar y Manuel del Castillo y Rada, se les dio instrucciones para defenderse contra los realistas. Bolívar, consecuente con la independencia de Cartagena, iniciaba entonces la campaña del bajo Magdalena. Todo esto serviría de procesos para más adelante buscar la libertad y entre todo, acabar el esclavismo que se había perpetuado por años.

A pesar de que ha pasado mucho tiempo seguimos teniendo vestigios de racismo y debemos buscar la inclusión y el respeto por todos los grupos poblacionales.

Vamos a ver que le pegue a jeva
porque el alma, que el alma
que el alma, que el alma
que el alma se me revienta

Eh, no, no, no, no, no, no le pegue a mi negra
(no le pegue a la negra)
porque el alma se me agita, mi prieta
(no le pegue a la negra)

Hay lamento en la playa, negra
(no le pegue a la negra)
En la playa de Cartagena
(no le pegue a la negra)

No, no, no, no, no, no de Marbella, bella
(no le pegue a la negra)
en la maleta que cante y que llora
(no le pegue a la negra)
Porque entonces el negro se venga
(no le pegue a la negra)

El Chombo lo sabe
y tú también
(no le pegue a la negra)