Luis Alfonso García Carmona
Salgámonos del círculo
vicioso de las lamentaciones y de las inanes diatribas en contra del tiránico
régimen que nos desgobierna y, dediquémonos a pensar en lo verdaderamente
importante para el presente y futuro de nuestra amada patria.
¿Quieres vivir en
un país donde se respete, ante todo, el derecho a la vida, desde la
concepción hasta la muerte natural, y donde el Estado cumpla con su deber
prioritario de garantizar la seguridad de la población y de sus bienes?
¿Quieres vivir en
un país donde la educación sea eficaz para formar ciudadanos honestos,
respetuosos de las normas universales de convivencia, que se convertirán en los
emprendedores y dirigentes que llenen las aspiraciones de la sociedad?
¿Quieres, además,
que la educación llegue a todos los rincones del territorio nacional, que todos
los jóvenes tengan acceso gratuito en los primeros 12 años, y que esté orientada
al bilingüismo, la utilización de las innovaciones tecnológicas, el trabajo
en equipo, la creatividad y el esfuerzo como camino hacia el éxito personal?
¿Quieres que el
Estado, en unión con los empresarios y trabajadores, dedique sus esfuerzos, en
forma solidaria, para obtener el crecimiento económico, la creación de
riqueza y la garantía de empleo digno y bien remunerado para toda la
fuerza laboral?
¿Quieres un país
donde se adelante un gran plan de vivienda para que la mayoría de sus
habitantes puedan adquirirla a un costo aproximado al 50 % de su valor
comercial?
¿Quieres vivir en
un país con sistemas de salud y de pensiones para la vejez, con cobertura para
todos y manejados con trasparencia para cuidar el ahorro de los cotizantes?
¿Queres vivir en un
país donde se castigue severamente los delitos de terrorismo, narcotráfico,
asesinato, secuestro y corrupción hasta desterrar estos males para siempre?
¿Quieres vivir en
un país done exista un sistema de justicia imparcial, independiente de
la politiquería e incorruptible, que imparta justicia con honestidad a todos
los ciudadanos?
¿Quieres vivir en
un país donde se proteja a la familia como célula madre de la sociedad,
y se proscriban las doctrinas y tendencias que la menoscaben, tales como la
ideología de género, el aborto, o la pretensión del Estado de privar a los
padres de la patria potestad sobre sus hijos?
¿Quieres vivir en
un país donde el Estado respete la auténtica democracia, eliminando
dañinas corruptelas como la compra de votos, el fraude en las urnas y en el
conteo de los votos, donde los funcionarios públicos se nombren por sus
conocimientos y méritos y no por razones políticas?
¿Quieres vivir en
un país donde se conviva con la naturaleza, se ampare a los ríos
de la contaminación causada por el procesamiento de cocaína, la minería ilegal
o la industria no controlada, se reduzca la contaminación en las ciudades
cambiando el transporte público por vehículos movidos por energía eléctrica, y
se reciclen las basuras técnicamente?
Si un pequeño país
como Singapur pudo hacerlo, también está a nuestro alcance. No esperemos
a que otros lo hagan por nosotros. Cautivemos a más compatriotas para que nos
acompañen a realizar “el milagro económico” en Colombia.
Sólo debemos
empezar por informarnos adecuadamente, para lo cual te sugerimos convertir el enlace
https://alianzareconstruccioncolombia.org/
en uno de tus favoritos. De los textos que allí encuentres escoge los que más
te gusten y reenvíalos a tus contactos. Si cada uno de nosotros lo hace,
llegaremos a todos los buenos conciudadanos y formaremos una fuerza
incontenible.
Es muy poco el
esfuerzo que la patria te pide en esta crucial hora. No seamos inferiores a
nuestro destino.
Unidas las bases
bajo una sola consigna, la de poner en marcha “el milagro económico de
Colombia”, nada ni nadie podrá vencernos.
Queda otra
alternativa: seguir en la indiferencia mientras se acaba de destruir el
país que recibimos, o dejarse manipular de quienes ahora, mientras sus
compañeros votan favorablemente las iniciativas del tirano en el Congreso y
mientras sus jefes piden que se deje a Petro terminar su mandato, aparecen como
los adalides de la oposición y nos reclaman, sin ningún rubor, que los apoyemos
con nuestro voto. Esa es el mejor camino para continuar viviendo en la miseria
moral y económica.
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